sábado, 13 de junio de 2009

Isla de Cabrera

Isla de Cabrera


Solo la presencia militar desde principios del siglo pasado evitó que en la zona se produjera una invasión turística, lo que ha permitido la conservación de este privilegiado ecosistema hasta nuestro días.

Fue la prisión natural que albergó a más de 5.000 soldados franceses prisioneros de la batalla de Bailen, donde la gran mayoría de ellos murió de inanicióno a causa de enfermedades, en la isla todavía se conserva el cementerio francés, cosas de los hombres y que pertenecen a la historia.

La isla de La Cabrera es la más importante de todo el archipiélago de islotes que la redean, además de la que le da nombre. Tiene un litoral extremadamente recortado, con un perímetro de 39 kilómetros y unos acantilados de gran belleza. Los materiales que forman estas islas son las calizas, margas y dolomias, similares a las de Mallorca. No en vano, el archipiélago es la prolongación de la Sierra de Levante mallorquina, a la que se encontraba unida hace unos 12.000 años.

El Parque Nacional Marítimo terrestre del Archipiélago de Cabrera se encuentra ubicado al sur de Mallorca y está formado por 19 islas menores e islotes, con una superficie de 1318 hectáreas terrestres, además de la zona marina que lo rodea, con una superficie de 8.703 hectáreas marítimas.

La primera isla que se encuentra, después de aproximadamente una hora de navegación rumbo sur, saliendo de la Colònia de Sant Jordi o de Portopetro, es na Foradada donde hay uno de los tres faros del archipiélago. A continuación se encuentran S'Illot Pla, Na Pobra, Na Plana y L'Esponja, conjunto de pequeñas islas e islotes que preceden a la Illa dels Conills, la segunda en superficie del archipiélago, y a Na Redona, pequeña isla situada más al sur y más próxima a la isla más grande, Cabrera.

El puerto natural de Cabrera es el punto de llegada a la isla. Es Port se encuentra ubicado al noroeste de la isla y el Cap de Llebeig y su faro son punto de referencia para los barcos que quieren entrar en el puerto. La silueta del castillo de Cabrera sobre una colina, la pintoresca zona del muelle, la playa y las aguas transparentes de una gran variedad cromática son características que convierten al mejor refugio natural de la isla en un paraje extraordinariamente atractivo.

Para ir a Cabrera con embarcación propia es necesario solicitar un permiso de navegación a la dirección del Parque, y si se quiere fondear y pasar la noche en el puerto se debe solicitar un permiso de fondeo que está limitado a 50 embarcaciones por día, con un período máximo de estancia que oscila entre uno y siete días según la época del año. El fondeo se realiza utilizando un sistema de boyas para proteger los prados de posidonia que se encuentran en la zona del puerto.

Otra forma de conocer Cabrera es con las barcas turísticas que salen durante los meses de verano del puerto de la Colònia de Sant Jordi y de Portopetro. Las visitas están limitadas a un número máximo de 200 personas por día, excepto el mes de agosto en el que el límite se amplía hasta las 300 personas diarias. La jornada permite visitar la zona del muelle, la playa, el castillo, el museo y el monumento a los franceses, entre otros lugares de interés. En el trayecto de vuelta las embarcaciones se introducen dentro de Sa Cova Blava permitiendo el baño en este espectacular lugar de una luminosidad sorprendente.

Cabrera es un paraíso para el buceo deportivo habiéndose acotado dos zonas, Cala Galiota y Es Dimoni, en las que se permite su práctica. Todos los recursos naturales están protegidos y por tanto no se permite la pesca deportiva, ni la caza, como tampoco se permite recolectar productos naturales, ni extraer ningún mineral.

Los animales y plantas que habitan el archipiélago de Cabrera han evolucionado de forma ligeramente diferente dependiendo de las condiciones ambientales singulares de cada isla o islote, apareciendo razas y variedades endémicas propias. Es el caso de la lagartija (Podarcis lilfordi), de la cual hay actualmente diez subespecies endémicas, exclusivas de diferentes islas o islotes.

Las aves marinas, como la pardela balear (Puffinus mauretanicus), la gaviota de Audouin (Larus audouinii), la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) y el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis); y las rapaces, como el águila pescadora (Pandion haliaetus), el halcón marino (Falco eleonorae) y el halcón común (Falco peregrinus), son uno de los valores naturales más importantes del parque, al que hay que añadir el paso de más de 130 especies de aves migratorias.

La vegetación más característica de Cabrera es el monte bajo de acebuches (Olea europea silvestris) y sabinas (Juniperus phoenicea), aunque se encuentran algunas zonas extensas de pinar.

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