La isla de Alborán
Existen tan sólo dos pequeñas playas que se han formado al amparo de sendos embarcaderos, situados a Poniente y Levante en la vertiente Sur.
Entre las escasas infraestructuras con las que cuenta el islote destaca su faro del Siglo XIX, siendo el edificio más importante e identificativo del mismo; su base está formada por un complejo construido en piedra y sillería. Desde 1860 ha estado habitado de forma regular por fareros, de cuya existencia quedan como testimonio las tres tumbas que aparecen en el pequeño cementerio de la Isla, fuera del cual existe otra que según algunos autores correspondería a Al - Borany, corsario tunecino que dio nombre a la misma.
Carece de agua potable, salvo la de los aljibes que son abastecidos regularmente por barcos militares. Cabe destacar que la Isla es punto de enlace del cable telefónico submarino que une a las ciudades de Almería y de Melilla. La isla es de soberanía española y está adscrita administrativamente al Ayuntamiento de Almería, en concreto a su distrito 3º, como aparece reflejado en una Real Orden de 1884. Actualmente cuenta con un pequeño destacamento permanente de la Armada
Principales características físicas
El promontorio pertenece a la cordillera submarina que divide al mar de Alborán en dos cuencas, una Oriental y otra Occidental. Su suelo está compuesto por andesitas piroxénicas, rocas características de las emisiones magmático eruptivas, recubiertas por depósitos más recientes de arenas finas y gruesas, arcillas y limos. Algunas de estas andesitas presentan una variedad única, rica en calcio, sin olivino y con incrustaciones de hiperstena, la alboranita, mineral descubierto por Becke en 1899. Entre otros minerales presentes que aparecen en la constitución de sus arenas y rocas destacan la augita, la calcedonia, la hornblenda, la magnetita, la goethita, el hematite o la ilmenita
Fauna y flora.
Desde los primeros estudios botánicos del siglo XIX hasta la actualidad se han clasificado 20 taxones de flora vascular, algunos desaparecidos, según un reciente trabajo. Entre estas especies cabe destacar la presencia y abundancia de Frankenia corymbosa. Entre los endemismos se encuentran algunas compuestas como Senecio alboranicus y Anacyclus alboranensis, así como la crucífera Diplotaxis siettiana.
Los vertebrados más abundantes son las aves, con casi un centenar de especies controladas. Las terrestres (con hasta 79 detectadas), mayoritariamente utilizan a la localidad durante sus pasos migratorios e invernada, habiendo sido sólo confirmada la cría del gorrión común (Passer domesticus) y, probablemente, del cernícalo vulgar. Entre las marinas destaca la nidificación de la gaviota patiamarilla (Larus michahellis) y la de Audouin (Larus audouinii), así como un intento de cría del paíño europeo (Hydrobates pelagicus) en 1994.
Los Fondos Submarinos de Alborán.
Por último, no puede obviarse su importancia pesquera y para la conservación de diferentes especies de cetáceos.
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Datos históricos.
El nombre de la Isla procede supuestamente al corsario tunecino Al - Borany que, como tantos otros piratas berberiscos, utilizó este islote como lugar de refugio y fondeadero para el asalto de multitud de incautos navíos, así como punto de partida en sus tropelías sobre las costas mediterráneas de la Península Ibérica.
El uno de octubre de 1540 tuvo lugar una sangrienta batalla junto a la Isla, que ha pasado a la historia con el nombre de Combate Naval de Alborán. La escuadra de galeras de España al mando de Bernardino de Mendoza esperó, refugiado en la Isla de Alborán, la llegada de una flotilla de corsarios berberiscos compuesta por 16 buques con una tripulación de más de 2.500 hombres, distribuidos entre galeras, galeotes y fustas, al mando de los jefes Caramamí y Alí Hamet, antiguos aliados del pirata Barbarroja, que habiendo partido en agosto desde Argel regresaban a puerto tras haber saqueado Gibraltar.
La batalla se zanjo con el hundimiento de un navío berberisco y el apresamiento de otros 10, dándose a la fuga el resto. Durante la cruenta lucha murieron más de 630 personas resultando heridas otras 500.
Entre las anécdotas relacionadas con la Isla, destaca la concesión el
En la década de los sesenta acontecieron varios intentos de asentamiento ilegal en la Isla por parte de pescadores de la entonces Unión Soviética, situación que condujo al Gobierno español al establecimiento permanente de un destacamento de Infantería de Marina. Actualmente, el control de estas “incursiones”, dentro de territorio español, no están vinculadas a los valores estrictamente militares, como punto geoestratégico de control del tráfico marítimo entre el Mediterráneo y el Atlántico, sino a intereses económicos derivados de la riqueza pesquera de sus caladeros, codiciada por países del Norte de África como Marruecos y Argelia.
Esta situación ha determinado la reciente decisión del Ministerio de Defensa de dotar de nuevo a la Isla de un pequeño destacamento permanente de la Armada, tal y como se había mantenido hasta el inicio de la década de los noventa.
Esta situación de “ocupación” militar supone indirectamente una garantía para la protección biológica de la Isla ante el “asalto” permanente de curiosos.
Desde hace varias legislaturas el Ayuntamiento de Almería ha pretendido realizar plenos en la isla y en la actualidad se está evaluando un posible aprovechamiento turístico por parte del mismo y de la Junta de Andalucía. Estos y otros alardes de fantasía ponen de manifiesto la falta de conocimiento en cuanto a las alteraciones que puede suponer una “invasión controlada” de políticos, prensa y “turistas ambientales”. Durante 1993-95, la ausencia de la guarnición militar permitió la visita lúdica a la isla, estando a punto de desaparecer la lapa ferrugínea (Patella ferruginea) como recuerdo de los visitantes, de la misma forma que casi desapareció de las costas de Cabo de Gata entre el marisqueo y el comercio a coleccionistas.
No todo es susceptible de ser visitado si lo que se persigue es la conservación y protección real de este espacio. Este tipo de visitas ha de estar absolutamente restringida a los expertos que están estudiando la zona desde hace años, no para que el político de turno llegue ha hacerse la foto de rigor, con una cohorte de fotógrafos. Al igual que no se visitan otros lugares como la geoda gigante de Pulpí, se deben de establecer medidas rigurosas para evitar a toda costa que nadie pise este santuario de la naturaleza y dejar (siempre con instrucciones claras) a nuestros militares que custodien la zona.
Régimen de protección
Durante la última década, la isla de Alborán ha sido declarada Reserva Marina y Reserva de Pesca por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (actualmente se ha modificado el nombre siendo el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino); Paraje Natural por la Junta de Andalucía; ZEPIM (Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo); y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) ES0000336 con 26.456 hectáreas.
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